Por Javier Nones , el viernes, 9 de septiembre de 2011 | Etiquetas: windows-8

Microsoft se ha centrado en mejorar el tiempo de arranque y vaya que lo ha conseguido. Este hazaña se ha logrado en base a un "semi-apagado" del sistema operativo. A diferencia de los sistemas Windows anteriores que cierran la sesión de usuario (aplicaciones y programas) y la sesión del kernel de Windows (apagado completo de dispositivos), en Windows 8 solamente se cierra la sesión de usuario y se hiberna la sesión del kernel. En vez de apagar completamente el kernel, se lo hiberna, es decir, se guarda el estado del sistema y el contenido de la memoria de Windows en un archivo (hiberfil.sys). El arranque es mucho más rápido puesto que, la lectura del archivo de hibernación para iniciar el sistema es mucho más rápida que el arranque en frío que típicamente se realiza en versiones Windows anteriores. En cifras concretas, este método es hasta un 70% más rápido que un arranque "completo".
Para hacer aún más rápido el arranque, Microsoft ha añadido la posibilidad de leer el archivo de hibernación en paralelo. Esto quiere decir que, en sistemas con procesadores multi-núcleo, se divide entre ellos la lectura del archivo de hibernación, consiguiendo descomprimir más rápidamente su contenido y por consiguiente, obteniendo más rápidamente la información necesaria para iniciar.
Con esta optimización se ha conseguido que Windows 8 pueda arrancar en 4 segundos como máximo. Increíble? Chequea el vídeo a continuación para comprobarlo por ti mismo.
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